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Huber Matos

Ultimo Aggiornamento: 28/02/2014 13:53
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29/11/2013 11:38
 
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Nació el 26 de noviembre de 1918 en el pueblo de Yara. Se graduó de maestro en Santiago de Cuba y alcanzó un doctorado en pedagogía en la Universidad de la Habana. Su primer trabajo como educador fue en las estribaciones de la Sierra Maestra y luego en el caserío de Pozo Prieto en la costa norte de Oriente. Fue profesor en la Escuela Normal para maestros de Manzanillo y vicepresidente del Ejecutivo Nacional del Colegio de Maestros de Cuba
Huber Matos como joven profesor (el sexto en la primera fila de izquierda a derecha)

Además de su trabajo como educador organizó con su padre y hermanos una empresa agrícola familiar “Matos e hijos” dedicada a la siembra de arroz en la zona de Yara.

El golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952 cambios la vida de Huber Matos para siempre. En su libro Como llegó la noche Matos describe lo que representó ese golpe de estado:

“La acción de Batista es realmente un golpe mortal para el país. Desde que se proclamó la Constitución de 1940 hemos tenido tres presidentes electos por el pueblo. Es cierto que el primero de ellos fue Batista y la legitimidad de su elección es discutible, pero Batista entregó el poder en 1944 al Dr. Ramón Grau San Martín y éste en 1948 al Dr. Carlos Prío Socarrás, ambos elegidos por voto secreto y directo. También es cierto que estos tres gobiernos han estado viciados por la corrupción política y el manejo deshonesto de los fondos públicos, taras que vienen de las autoridades coloniales españolas que gobernaron la isla por más de 400 años hasta 1898. Pero durante doce años ha estado vigente un orden constitucional que habría de conducir, eventualmente, al control de estos males. El pueblo llegaría a tener fe en el sistema democrático. El desarrollo económico de Cuba es indiscutible y el triunfo casi seguro del Partido Ortodoxo en las elecciones de este primero de Junio de 1952 representaba una esperanza de honestidad en el manejo de los asuntos públicos. Este golpe de estado, tres meses antes de las elecciones presidenciales, es nefasto.

Inmediatamente después del 10 de marzo y en unión a un grupo de manzanilleros –médicos, maestros, empresarios- miembros del Partido Ortodoxo, Huber Matos comenzó la oposición activa contra la dictadura de Batista, que eventualmente lo obligó al exilio en Costa Rica, donde hizo amistad con el presidente José Figueres.

Desde ese país organizó una expedición que transportó por avión cinco toneladas de armas a la Sierra Maestra en marzo de 1958. Este armamento fue crucial para detener la ofensiva que Batista lanzó contra los guerrilleros en la primavera de 1959.

Al unirse al Ejercito Rebelde Matos escribió en sus memorias:

“Detesto la violencia pero estoy dispuesto a dar la vida en este intento por devolver a los cubanos la libertad. La dictadura no ha dejado otra alternativa a quienes creemos tener derecho a vivir en una sociedad libre y justa sobre principios de civilidad y convivencia en paz”.

En pocos meses Huber Matos fue ascendido a teniente, capitán y comandante de la Columna 9 Antonio Guiteras. La columna 9 fue la tropa rebelde que más combates libró durante la lucha revolucionaria.

A Huber Matos Fidel Castro le asigna la tarea de dirigirse a la ciudad de Santiago de Cuba y en el camino ir provocando a combate a las tropas del Ejército para distraerlas y de esa forma permitir que las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos pudieran alcanzar la provincia de Camagüey en su marcha hacia el occidente de la isla. La misión principal de Matos era cercar y tomar la ciudad de Santiago de Cuba en un asalto final en la cual estaría al mando de todas las tropas del Ejército Rebelde involucradas en la operación.

En enero de 1959 Matos fue designado jefe militar de la provincia de Camagüey. Diez meses después, en octubre de 1959, renunció al gobierno revolucionario en protesta por la creciente infiltración comunista. Fue detenido el 21 de octubre y una semana después, el 28 de octubre, su amigo y compañero Camilo Cienfuegos desapareció sin dejar rastros. Huber Matos fue condenado en diciembre a 20 años de prisión que cumplió en rebeldía.

Salió de prisión el 21 de octubre de 1979 y en Octubre de 1980 fundó en Venezuela el movimiento Cuba Independiente y Democrática, el CID, con el apoyo del gobierno de ese país y de sus dos grandes partidos políticos: Acción Democrática (social demócratas) y COPEY (demócrata cristianos).

Vive en Miami con su esposa María Luisa Araluce


Lettera di Huber Matos a Fidel Castro :

Camagüey, octubre 19 de 1959

Dr. Fidel Castro Ruz Primer ministro La Habana

Compañero Fidel:En el día de hoy he enviado al jefe del Estado Mayor, por conducto reglamentario, un radiograma interesando mi licenciamiento del Ejército Rebelde. Por estar seguro, que este asunto será elevado a ti para su solución y por estimar, que es mi deber informarte de las razones, que he tenido para solicitar mi baja del ejército, paso a exponerte las siguientes conclusiones:

Primera: no deseo convertirme en obstáculo de la Revolución y creo, que teniendo, que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse.

Segunda: por un elemental pudor, debo renunciar a toda responsabilidad dentro de las filas de la Revolución, después de conocer algunos comentarios tuyos de la conversación ,que tuviste con los compañeros Agramonte y Fernández Vilá. Coordinadores Provinciales de Camagüey y La Habana, respectivamente: si bien en esta conversación no mencionaste mi nombre, me tuviste presente. Creo igualmente, que después de la sustitución de Duque y otros cambios más, todo el que haya tenido la franqueza de hablar contigo del problema comunista debe irse antes de que lo quiten.

Tercera: sólo concibo el triunfo de la Revolución contando con un pueblo unido, dispuesto a soportar los mayores sacrificios... porque vienen mil dificultades económicas y políticas... y ese pueblo unido y combativo no se logra, ni se sostiene, si no es a base de un programa, que satisfaga parejamente sus intereses y sentimientos, y de una dirigencia, que capte la problemática Cubana en su justa dimensión y no como cuestión de tendencia ni lucha de grupos.Si se quiere, que la Revolución triunfe, dígase adónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario, ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas.Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas, que no aparecieron en escena el primero de enero, sino, que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además de una deslealtad, una injusticia, y es bueno recordar, que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos.Quiero aclararte, que nada de esto lleva el propósito de herirte, ni de herir a otras personas: digo lo que siento y lo que pienso con el derecho, que me asiste en mi condición de cubano sacrificado por una Cuba mejor. Porque ,aunque tú silencies mi nombre cuando hablas de los que han luchado y luchan junto a ti, lo cierto es, que he hecho por Cuba todo lo que he podido ahora y siempre. Yo no organicé la expedición de Cieneguilla, que fue tan útil en la resistencia de la ofensiva de primavera para que tú me lo agradecieras, sino por defender los derechos de mi pueblo, y estoy muy contento de haber cumplido la misión, que me encomendaste al frente de una de las columnas del Ejército Rebelde, que más combates libró. Como estoy muy contento de haber organizado una provincia, tal como me mandaste.Creo, que he trabajado bastante y esto me satisface, porque independientemente del respeto conquistado en los que me han visto de cerca; los hombres que saben dedicar su esfuerzo en la consecución del bien colectivo, disfrutan de la fatiga, que proporciona el estar consagrado al servicio del interés común. Y esta obra, que he enumerado no es mía en particular, sino producto del esfuerzo de unos cuantos,que como yo, han sabido cumplir con su deber.Pues bien, si después de todo esto, se me tiene por un ambicioso o se insinúa, que estoy conspirando, hay razones para irse, sino para lamentarse de no haber sido uno de los tantos compañeros, que cayeron en el esfuerzo.También quiero que entiendas ,que esta determinación, por meditada, es irrevocable, por lo que te pido, no como el comandante Huber Matos, sino sencillamente como uno cualquiera de tus compañeros de la Sierra -¿te acuerdas? De los que salían dispuestos a morir cumpliendo tus órdenes--, que accedas a mi solicitud cuanto antes, permitiéndome regresar a mi casa en condición de civil sin que mis hijos tengan, que enterarse después, en la calle, que su padre es un desertor o un traidor.Deseándote todo género de éxitos para ti en tus proyectos y afanes revolucionarios, y para la patria -agonía y deber de todos- queda como siempre tu compañero,


Huber Matos.


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Murió hoy en Miami el comandante Huber Matos


El ex comandante de la guerrilla que dirigía Fidel Castro y que luego tuvo que pasar varios años en prisión por oponerse al rumbo comunista que llevaba la revolución cubana murió hoy en Miami a los 95 años de edad. Matos murió de un ataque al corazón en la madrugada de hoy jueves según informo su familia.

Huber Matos se encontraba conectado a un equipo que lo ayudaba a respirar pero pidió voluntariamente ser desconectado para poder despedirse de su familia. Hasta sus momentos finales Huber Matos recibió apoyo de opositores al régimen cubano quienes se despidieron de el con gritos de Cuba Libre!

La carta que le costó 20 años de prisión a Huber Matos fue la siguiente:

Camagüey, octubre 19 de 1959
Dr. Fidel Castro Ruz
Primer ministro
La Habana

Compañero Fidel:

En el día de hoy he enviado al jefe del Estado Mayor, por conducto reglamentario, un radiograma interesando mi licenciamiento del Ejército Rebelde. Por estar seguro que este asunto será elevado a ti para su solución y por estimar que es mi deber informarte de las razones que he tenido para solicitar mi baja del ejército, paso a exponerte las siguientes conclusiones:

Primera: no deseo convertirme en obstáculo de la Revolución y creo que teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse.

Segunda: por un elemental pudor debo renunciar a toda responsabilidad dentro de las filas de la Revolución, después de conocer algunos comentarios tuyos de la conversación que tuviste con los compañeros Agramonte y Fernández Vilá. Coordinadores Provinciales de Camagüey y La Habana, respectivamente: si bien en esta conversación no mencionaste mi nombre, me tuviste presente. Creo igualmente que después de la sustitución de Duque y otros cambios más, todo el que haya tenido la franqueza de hablar contigo del problema comunista debe irse antes de que lo quiten.

Tercera: sólo concibo el triunfo de la Revolución contando con un pueblo unido, dispuesto a soportar los mayores sacrificios… porque vienen mil dificultades económicas y políticas… y ese pueblo unido y combativo no se logra ni se sostiene si no es a base de un programa que satisfaga parejamente sus intereses y sentimientos, y de una dirigencia que capte la problemática cubana en su justa dimensión y no como cuestión de tendencia ni lucha de grupos.

Si se quiere que la Revolución triunfe, dígase adónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas.

Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas que no aparecieron en escena el primero de enero, sino que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además de una deslealtad, una injusticia, y es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos.

Quiero aclararte que nada de esto lleva el propósito de herirte, ni de herir a otras personas: digo lo que siento y lo que pienso con el derecho que me asiste en mi condición de cubano sacrificado por una Cuba mejor. Porque aunque tú silencies mi nombre cuando hablas de los que han luchado y luchan junto a ti, lo cierto es que he hecho por Cuba todo lo que he podido ahora y siempre.

Yo no organicé la expedición de Cieneguilla, que fue tan útil en la resistencia de la ofensiva de primavera para que tú me lo agradecieras, sino por defender los derechos de mi pueblo, y estoy muy contento de haber cumplido la misión que me encomendaste al frente de una de las columnas del Ejército Rebelde que más combates libró. Como estoy muy contento de haber organizado una provincia tal como me mandaste.

Creo que he trabajado bastante y esto me satisface porque independientemente del respeto conquistado en los que me han visto de cerca, los hombres que saben dedicar su esfuerzo en la consecución del bien colectivo, disfrutan de la fatiga que proporciona el estar consagrado al servicio del interés común. Y esta obra que he enumerado no es mía en particular, sino producto del esfuerzo de unos cuantos que, como yo, han sabido cumplir con su deber.

Pues bien, si después de todo esto se me tiene por un ambicioso o se insinúa que estoy conspirando, hay razones para irse, si no para lamentarse de no haber sido uno de los tantos compañeros que cayeron en el esfuerzo.

También quiero que entiendas que esta determinación, por meditada, es irrevocable, por lo que te pido no como el comandante Huber Matos, sino sencillamente como uno cualquiera de tus compañeros de la Sierra -¿te acuerdas? De los que salían dispuestos a morir cumpliendo tus órdenes–, que accedas a mi solicitud cuanto antes, permitiéndome regresar a mi casa en condición de civil sin que mis hijos tengan que enterarse después, en la calle, que su padre es un desertor o un traidor.

Deseándote todo género de éxitos para ti en tus proyectos y afanes revolucionarios, y para la patria -agonía y deber de todos- queda como siempre tu compañero,

Huber Matos
Esa carta le costó a Huber Matos 20 años de prisión y tener que vivir el resto de su vida en el exilio
[Modificato da Luisito2013 28/02/2014 13:53]
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