Lissett Izquierdo Ferrer - AIN.- Desde la década de los 90 el turismo ha representado para Cuba fuente importante de ingresos en divisas. Hoy, fortalecer el impacto de su desarrollo sobre la economía ha conducido, entre otras políticas, a ampliar los destinos potenciales dentro del país y diversificar productos y servicios.
Significativo en ese sentido fue la aprobación en octubre último de normativas que impulsan el turismo no estatal, como complemento de la oferta de las empresas dedicadas a tales funciones, lo cual responde a las directrices refrendadas en los Lineamientos del Partido y la Revolución.
Recogida en la resolución 145 del Ministerio de Turismo (MINTUR), la novedad consistió en que las agencias de viaje pueden contratar en pesos convertibles (CUC) los servicios de arrendadores de casas particulares, propietarios de paladares y de otros cuentapropistas, estos con el fin de organizar excursiones en caballo, coches, carretas, autos antiguos, taxis...
Al tiempo que los hoteles y demás entidades del organismo pueden solicitar el trabajo de albañiles, cerrajeros, plomeros, mecánicos de refrigeración y de equipos eléctricos, reparadores de colchones, tapiceros y demás oficios de la nueva forma de gestión.
Según Sabino Pardo Calafell, asesor del titular de ese ministerio, hasta la fecha los convenios de trabajo han sido sobre todo para el alojamiento de grupos turísticos en viviendas de privados, quienes deben poseer la licencia correspondiente.
Subrayó que solo en Trinidad, ciudad ubicada en la provincia de Sancti Spíritus y que constituye región turística priorizada por el país, asciende a 38 el número de contratos por la actividad antes descrita.
Pero, si bien es reciente la regulación que dispone los vínculos entre los trabajadores por cuenta propia y las entidades del MINTUR, aún las restantes ofertas de los cuentapropistas no han gozado de similares beneplácitos, no obstante que puedan contribuir a la buena imagen y gestión de las instalaciones turísticas.
“Hasta el momento – dijo Pardo Calafell- no se ha desatado un volumen grande de contratos, pues es un proceso nuevo al cual los empresarios tendrán que incorporarse en la medida que descubran cuánto les puede ayudar a elevar la eficiencia de los servicios”.
“Aunque, señaló, resulta necesario que ellos comprendan que tales posibilidades están abiertas y no engaveten la resolución, la cual establece que no tienen que pedir permiso al MINTUR, solo en caso de que el monto del contrato supere los cuatro mil CUC”.
Incluso, “el ministerio posee los servicios técnicos y constructivos que oferta el grupo empresarial Emprestur y si un hotel encuentra mejor precio y calidad en un trabajador por cuenta propia, tiene la facultad de elegirlo”, acotó.
En esa dirección, Yadira Hernández Rodríguez, jefa de calidad y atención al cliente del Hotel Habana Libre, aseguró que están totalmente de acuerdo en vincular a esta forma de gestión en las tareas dedicadas al mejoramiento de las condiciones de la instalación, aunque hasta ahora no han tenido la necesidad.
No obstante, “muchos cuentapropistas ya nos han presentado su cartera de servicios, los cuales pretendemos potenciar, sobre todo, por las ventajas que ofrecen en cuanto a calidad”, puntualizó.
En el otro vértice del triángulo…
Al igual que los privados, los cooperativistas se sienten deseosos por sumarse a uno de los sectores más importantes para el país, pues al tiempo que los beneficios monetarios pueden resultar atractivos, también está latente la motivación por ampliar sus alternativas de empleo, propósito propio de una figura económica emergente.
Tal es el caso de los habaneros Jesús Ortega González y Enrique Guillén, quienes se conformaron como cooperativa, guiados por una labor colectiva donde todos tuviesen los mismos intereses y principios.
Ambos, junto a sus nueve trabajadores, constituyen un grupo de técnicos especializados en sistemas industriales de clima y refrigeración, cuyo objetivo, según Ortega González, es apoyar el mantenimiento y conservación de esos equipos.
“Nosotros nos constituimos para trabajar con empresas estatales, pues los sistemas centrales están dispuestos exclusivamente en instalaciones como hoteles, hospitales, centros de biotecnología y otros”, confiesa.
“Hasta ahora, comenta, hemos realizado contratos con Biocubafarma y determinadas inmobiliarias, pero aún no contamos con la experiencia en la red turística, pues aunque unidades suyas necesiten nuestros servicios, requieren de una directiva del ministerio”.
Con similar preocupación, el cooperativista Manuel Alain Gómez Milanés, quien se dedica en la capital con sus demás socios a la ejecución de obras constructivas, añade que dentro de los principios normados sobresale la posibilidad de los miembros de relacionarse con entidades estatales en actividades lícitas.
Sin embargo, argumenta Gómez Milanés, “existen todavía determinados sectores con los cuales no podemos todavía vincularnos, uno de ellos, el turismo”.
Tras indagar por las causas, el asesor del ministro del ramo explicó que hasta el momento no existe la norma jurídica que apruebe la contratación a las cooperativas, pues el MINTUR necesita de una legislación especial dado que los pagos se realizan en CUC, a diferencia del resto de los organismos que lo hacen en CUP.
“La razón consiste en que nuestros gastos son equivalentes tanto en una moneda como en la otra, lo cual repercute en que por mucho esfuerzo que realicen los cooperativistas o los cuentapropistas en presentar un proyecto en CUP, el valor será por encima, por ejemplo, de la oferta de Emprestur que lo solicita en CUC con un componente mínimo en moneda nacional”, señaló Pardo Calafell.
Subrayó además que por tal motivo el MINTUR tuvo que lograr se aprobara el pago a los privados en CUC; ahora ellos al multiplicar el valor del servicio por el equivalente a un peso convertible, presentan cifras que pueden competir con cualquier entidad del sector.
A su vez, aseguró que en aras de aprobar similares garantías para las cooperativas, la dirección del ministerio trabaja por la pronta emisión de una normativa que regule tales vínculos, los cuales son de interés impulsar.
Aprovechar cuanto antes las potencialidades de las nuevas formas productivas permite aumentar la calidad y competitividad en la prestación de los servicios, ampliar las actividades de recreación extra hoteleras y por ende asegurar un clima que propicie mayores flujos de visitantes a la mayor de las Antillas.
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