'Mi papá me decía, bueno, ya estás en la Asamblea, ya no me plantees más problemas los domingos, di lo que tú quieras en la Asamblea', dijo sobre la silla de diputada que le obsequió el general.
"Claro que hay contradicciones. ¿En qué familia no hay contradicciones? Que no hay contradicciones entre padres e hijos, imposible", dijo Mariela de 51 años, a la revista OnCubaMagazine, cercana al castrismo.
Añadió que "aunque estemos de acuerdo con un proyecto dentro de lo que pensamos del proyecto, no estamos de acuerdo con todos los elementos ni pensamos la misma manera de hacerlo, pero eso no quiere decir que haya un conflicto" entre nosotros.
Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que defiende los derechos de los homosexuales que simpatizan con el régimen, Castro Espín confiesa que "a veces" se ha "dejado de hablar" con su padre, "aunque a veces han pasado muchas cosas que no te puedes imaginar, nos queremos, nos respetamos y buscamos el momento oportuno para volvernos a reconciliar y tener los mismos puntos de vista".
La segunda de las tres hijas del dictador, a las que se suma Alejandro, el único varón, señala que "el vínculo familiar", para ella, "no puede ser un peso" que le "aplasta, al contrario, tiene que ser algo que me engrandece y es como yo lo vivo".
En febrero pasado, fue designada diputada a la Asamblea Nacional.
"Mi papá me decía, bueno, ya estás en la Asamblea, ya no me plantees más problemas los domingos, di lo que tú quieras en la Asamblea", señaló.
Sobre Fidel Castro, distanciado del poder desde 2006 por una crisis de salud, dijo que "desde muy temprano" descubrió que no era su tío, sino Fidel.
"Por tanto, tomé una distancia muy rápida y lo he mirado siempre con esa admiración y con ese respeto que sentimos todas las personas que lo identificamos por su ejemplo revolucionario, por sus virtudes y defectos que tiene, porque no es Dios, es un ser humano", indicó.