La superación del claustro de profesores y del proceso educativo en sentido general, son algunas de las prioridades del colectivo de trabajadores de la Escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo,ubicada en el municipio de Caimito de la provincia de Artemisa.
Todo ello, junto al material docente y de guerra de las instalaciones asegura la calidad de las clases. No obstante, es la entrega de cada uno de los educadores lo que distingue a esta institución de nivel superior.
Maritza Bárbara Rolando Menéndez es profesora de matemática en la escuela desde el 2001. Sin embargo, desde los 16 años hizo del magisterio una forma de vida, como integrante del quinto contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech desde la etapa en la cual el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, hizo un llamado para fortalecer la educación en el campo; hoy en día, su mayor reto es que los cadetes se sientan motivados por recibir asignaturas básicas como la matemática.
"Los alumnos nuestros se forman como futuros oficiales de las F-AR. Necesitan tomar decisiones certeras e importantes en el teatro de operaciones militares y para ello esta ciencia les puede aportar todo un pensamiento lógico que contribuya con su vida profesional", comenta.
Por su parte, el teniente coronel Raúl Cruzata Acuña lleva 24 años vinculado a la docencia "con la satisfacción de preparar, cada año, mejores oficiales".
"Nosotros no somos profesionales en pedagogía, hemos adquirido esa preparación con los años gracias a los cursos de superación que nos facilita la institución. Así, llevamos casi dos mil oficiales egresados en nuestra especialidad, y puedo decir que ver la preparación que han adquirido me trae un júbilo enorme", sostiene el teniente coronel.
En la actualidad, la escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo posee 36 doctores en las diferentes ramas de las ciencias, 47 másteres y 108 especialistas de diferentes grados, lográndose así un nivel profesional que avala la categoría del claustro.
"Docentemente la escuela ha ganado mucho —comenta el teniente coronel— el colectivo de esta institución cada día se ve más imbuido en el afán de captar y preparar a sus propios relevos, cadetes egresados de cada año que garantizan la continuidad en el claustro de profesores. Evidentemente, la juventud viene atrás y el relevo está seguro".
Desde las aulas los cadetes son motivados para impartir cla--ses, a través del movimiento de alumnos ayudantes y monitores de diversas asignaturas. Así lo atestigua la capitán Iatny de la Roz Martínez, quien lleva ejerciendo la profesión hace 11 años, luego de incursionar dos años como jefa de compañía.
"En dependencia de los resultados de los cadetes, si lo de-sean pueden quedarse después en la institución", asegura.
Para los alumnos no existen diferencias entre el profesor joven o el veterano. Según Yoan Marcimino Estrada Páez, cadete de tercer año de la escuela "la edad no es importante porque todos están bien preparados y nos transmiten sus experiencias. Las relaciones entre los alumnos y los profesores aquí son buenas y de mucho respeto".
Los educadores, unidos al nivel de responsabilidad de sus alumnos sienten una enorme satisfacción por lo que hacen. Al respecto, Maritza Bárbara Rolando Menéndez señala: "Nosotros no estuvimos en el Granma ni en la Sierra, por lo tanto aportarle conocimientos, valores y habilidades a los futuros oficiales de las FAR, es aportar un pedacito a la defensa del país, porque ellos serán el escudo de acero de la nación cubana".
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