Ue-Cuba

Ue-Cuba, inizia nuova fase di dialogo bilaterale

Una nuova stagione scandita da dialoghi e accordi. Unione europea e Cuba cercano una svolta. Si è aperta a L'Avana la prima sessione della fase di aperture proposta dall'Unione Europea al governo di Raul Castro, con l'obiettivo di normalizzare i rapporti fra il blocco regionale e l'isola caraibica, appoggiando le riforme economiche lanciate dal fratello di Fidel.
La forma espressiva utilizzata per il rilancio, nella dialettica diplomatico-politica, è "posizione comune".
Attualmente non vi sono ancora accordi tra la Ue e Cuba ma la metà dei 28 Paesi membri dell' Unione ha firmato, negli ultimi anni, accordi bilaterali di cooperazione e memorandum.
Lo scorso 10 febbraio, l'Alto rappresentante Ue per la politica estera, Catherine Ashton, aveva formalizzato l'invito al dialogo e un mese dopo il ministro degli Esteri cubano, Bruno Rodriguez, ha accolto l'iniziativa, sottolineando che questa nuova fase «segna la fine delle politiche unilaterali dell'Ue verso Cuba», in allusione alla "posizione comune" adottata dal blocco europeo a partire dal 1996.
Il governo cubano ha precisato che il dialogo con l'Ue dovrà svolgersi «senza condizioni o discriminazioni, nel pieno rispetto dell'uguaglianza sovrana degli Stati» e del «principio di non ingerenza», un riferimento indiretto alla questione dei diritti umani.
Va ricordato che L'Avana ha avviato alcune riforme economiche e la libertà di iniziativa privata è stata amplificata. Tuttavia, il dissenso politico resta il capitolo più spinoso.
La Francia è stato il Paese leader, in questa apertura iniziata nel lontano 2008.I transalpini hanno eliminato le sanzioni imposte a L'Avana, smantellando le rigidità e le chiusure chieste alla Ue dal governo spagnolo di José Maria Aznar. E nelle ultime settimane il ministro degli Esteri francese Laurent Fabius è stato a Cuba e ha rilanciato l'idea che i Paesi debbano «parlare di tutto, senza dare né ricevere lezioni» . E negli stessi giorni si è mosso anche il Portogallo: il segretario di Stato con delega Affari esteri, Luis Alvaro Barbosa de Campos Ferreira, si è riunito con il viceministro degli Esteri cubano, Marcelino Medina, per rafforzare il dialogo politico tra i due Paesi.
Sul fronte opposto sono arrivate rassicurazioni dal vicepresidente di Cuba, Miguel Diaz Canel. « Tutto ciò che sia costruibile, da una posizione di rispetto reciproco, verrà facilitato dal governo di Cuba».
I tempi di un'apertura sembrano quindi maturi anche se in passato sono stati molti i tentativi, poi abortiti, di riavvicinamento tra Unione europea e Cuba.

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"Muy fructífera" negociación Cuba-Europa

Por Francisco Forteza LA HABANA, 1 (ANSA) - Una primera ronda de conversaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE), que terminó el miércoles en La Habana, fue "muy fructífera" al analizar "bases de la negociación" hacia un nuevo pacto bilateral, estimó hoy la parte europea. "Tenemos una visión común de los objetivos principales, esenciales, del acuerdo, sobre la base de este primer intercambio que nos permitirá a ambas partes las preparación de las próximas rondas", explicó en rueda de prensa Christian Leffler, director general para América del Servicio Europeo de Acción Exterior de la UE. "Tenemos la información necesaria para profundizar el trabajo de ambos lados en la preparación de otras rondas", subrayó. Estas negociaciones surgieron a partir de la aprobación por Europa en febrero pasado de un "nuevo mandato de negociación" con Cuba, que el país caribeño aceptó.
Una llamada "posición común" de los miembros de la UE con respecto a Cuba vigente desde 1996 que vincula los derechos humanos con las relaciones bilaterales sigue, no obstante, vigente, pese a que las autoridades cubanas la consideran como lesiva a su soberanía.
Leffler dejó claro que el tema sobre la posición común y los derechos humanos "no fue parte" de lo negociado en esta primera ronda, la cual por la parte cubana encabezó el viceministro de Relaciones Exteriores, Abelardo Moreno. "Si queremos negociar un acuerdo no sería muy cortés venir con imposiciones", explicó el funcionario europeo de nacionalidad sueca.
A una petición de precisión al respecto, recordó que la "posición común" está "en vigor" pero subrayó que "no hemos hablado de eso". "Nuestra negociaciones siguen su propia lógica, según estimamos los europeos", expuso. Sobre el tema de los derechos humanos agregó que tanto la UE como Cuba "hemos suscrito mas o menos los mismos principios e instrumentos internacionales al respecto, pero tenemos divergencias en las interpretaciones y sus consecuencias". Según Leffler, la Unión Europea está interesada en los cambios en marcha en Cuba, que, según su criterio, han sido en la "vida general" de este país. Se refirió especialmente a una nueva ley cubana de inversiones extranjeras que, aseguró, "nos animará" a los europeos en cuanto al diálogo en el plano económico y de comercio.
A causa de las diferencias ideológicas bilaterales, Cuba es el único país de América Latina que no tiene un llamado diálogo político con la UE.
El delegado europeo estimó ahora que "los europeos esperamos un proceso sólido que avance bajo la confianza y el respeto mutuo para lograr un nuevo pacto que debe ser vigente por muchos años". Agregó que existen entre ambas partes "muchas divergencias y muchas convergencias" y estas negociaciones analizan "los caminos a tomar" en cuanto a las convergencias.
La próxima ronda de negociaciones será en Bruselas, pero no se fijó aún una fecha para su desarrollo. Tampoco se ha fijado un lapso preciso para el desarrollo de estas. BY2/MRZ

Tomado de EL PAÍS, por Maye Primera

Cuba y la Unión Europea han iniciado este lunes la primera ronda de negociaciones que conducirá a la aprobación de un nuevo acuerdo de diálogo político y cooperación, y a la normalización de sus relaciones bilaterales. Estas conversaciones también supondrán el levantamiento definitivo del veto impuesto en 1996 por el bloque comunitario contra La Habana conocido como la posición común: un instrumento diplomático que condicionaba el diálogo de cualquier índole al avance democrático y al respeto de los derechos humanos dentro de la isla. Hasta el momento, Cuba es el único país de la región con el que la Unión Europea no han suscrito ningún tipo de acuerdo bilateral, aún a pesar de que 14 países del bloque mantienen lazos de cooperación y intercambio político con La Habana.

El primer ciclo de conversaciones ha comenzado a las tres de la tarde de este martes (hora local) en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y culminará este miércoles por la tarde. Allí, ambas partes establecerán las condiciones bajo las cuales se construirá el nuevo acuerdo. El director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, ha dicho en la antesala de la reunión que Bruselas se incorpora el proceso “con mucha confianza”; el miércoles él será el encargado de informar a los medios sobre los resultados de este encuentro. Hasta el momento está prevista la convocatoria a rondas de negociación cada dos meses, según adelantó Leffler en marzo pasado.

La reunión ha sido posible después de que La Habana aceptara, el pasado 3 de marzo, la propuesta de la Unión Europea de discutir un acuerdo de diálogo político y de cooperación, aprobada un mes antes en Bruselas. “Cuba acoge con satisfacción esta propuesta del 10 de febrero de la alta representante (Catherine Aston), que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y acepta el inicio de negociaciones al respecto”, anunció en aquella oportunidad el canciller cubano, Bruno Rodríguez, durante una conferencia de prensa en la que aseguró que su Gobierno estaba dispuesto a discutir “cualquier tema”, incluyendo el del respeto a los derechos humanos. El bloque celebró la respuesta de la isla e informó que las discusiones se desarrollarían “con espíritu constructivo y de respeto mutuo”, sin revelar cuáles serían las directrices que guiarían la elaboración del acuerdo de diálogo político y de cooperación que el Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea estuvo considerando durante el último año.

El avance hacia el deshielo de las relaciones bilaterales ocurre en el contexto de un lento de apertura económica puesto en marcha por el Gobierno de Raúl Castro para actualizar el vetusto modelo socialista y atraer inversiones extranjeras que levanten las deprimidas finanzas de Cuba. La Habana y Bruselas entablaron relaciones diplomáticas el 29 de septiembre de 1998 y desde entonces el intercambio político ha sido interrumpido en dos oportunidades.

“El 19 de junio de 2008, el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE aprobó por unanimidad el levantamiento de las sanciones impuestas en 2003 contra La Habana y el inicio de un proceso de diálogo que condujo al restablecimiento de la cooperación”

La primera vez, en 1996, después de que la Fuerza Aérea de Cuba derribara dos avionetas de la organización de exiliados cubanos Hermanos al rescate, afincada en Miami. A solicitud del presidente del Gobierno español, José María Aznar, el 2 de diciembre de ese año la Unión Europea aprobó la posición común, que condicionaba la cooperación con Cuba a su apertura democrática. Siete años más tarde, La Habana se incorporó como observador formal en las negociaciones comerciales entre la UE y el grupo de países ACP (de África, el Caribe y el Pacífico), y el 10 de marzo de 2003, el bloque inauguró una oficina en La Habana; pero el diálogo volvió a suspenderse después de que la Unión Europea anunciara sanciones contra la isla, el 5 de junio de 2003, tras el fusilamiento de tres disidentes y la imposición de severas condenas de prisión contra otros 75, en el periodo conocido como “la primavera negra”.

El 19 de junio de 2008, el Consejo de Ministros de Exteriores del grupo aprobó por unanimidad el levantamiento de las sanciones impuestas en 2003 contra La Habana y el inicio de un proceso de diálogo que condujo al restablecimiento de la cooperación. Aún a pesar de la vigencia de la posición común, 14 países comunitarios han suscrito acuerdos bilaterales y memorandos de entendimiento para el intercambio político con Cuba y, según datos de la Comisión Europea, la UE es en la práctica uno de los socios comerciales más importantes de La Habana, pues maneja casi la mitad de las inversiones extranjeras directas en la isla.

Ai tempi della Guerra fredda si diceva che Cuba era un paese “dell’est”. Da allora la geografia ha riaffermato le proprie ragioni, e l’isola è tornata a essere ciò che è sempre stata: un paese situato a 150 chilometri dagli Stati Uniti e uno stato delle Americhe che non può più ignorare il trionfo dell’economia di mercato, adottata persino in Russia e Cina.

Cuba sta finalmente aprendo le sue porte al mercato globale, con prudenza ma comunque più rapidamente rispetto al Venezuela, l’ultimo paese a fornirle un aiuto concreto su base ideologica e ormai sprofondato in una crisi interna che sembra non finire mai. A Caracas il futuro della rivoluzione chavista è in pericolo, e intanto la fornitura di petrolio venezuelano continua a soddisfare metà del fabbisogno di Cuba, ripagata con una forma di baratto attraverso l’invio in Venezuela di laureati che sopperiscono alla mancanza di medici un po’ come accadeva in passato in Africa.

Questo equilibrio potrebbe spezzarsi in qualsiasi momento, e i cubani potrebbero rivivere la crisi nata vent’anni fa quando la Russia aveva improvvisamente tagliato i ponti dopo il crollo sovietico. Il futuro incerto dell’isola è uno dei motivi che hanno spinto il regime castrista a sviluppare rapidamente legami commerciali con l’Unione europea.

A metà aprile Laurent Fabius è stato il primo ministro degli esteri francese a visitare L’Avana negli ultimi trent’anni, e ha ricevuto un’accoglienza calorosa. Negli ultimi tempi si sono moltiplicati e intensificati i contatti bilaterali tra i paesi europei e Cuba, e nella giornata di giovedì l’Unione europea ha posto le basi (dopo due giorni di trattative) per la stipula di un “accordo di dialogo politico e cooperazione”.

A quanto pare l’Unione ha deciso di superare la Posizione comune assunta su iniziativa della Spagna nel 1996, quando aveva deciso di subordinare gli scambi commerciali con Cuba ai progressi in materia di rispetto dei diritti umani. Anche se non lo dicono, gli europei pensano che la legalizzazione delle piccole imprese private, il relativo miglioramento del clima politico e la possibilità concessa ai cubani di uscire dal paese per ragioni commerciali, familiari e addirittura turistiche segnino un’evoluzione che è necessario incoraggiare attraverso lo sviluppo degli scambi commerciali.

Cuba ha bisogno dell’Unione, che a sua volta ha scelto di scommettere sul cambiamento dell’isola, ma questa non è l’unica ragione dell’apertura. Cuba, infatti, non vuole ritrovarsi di nuovo tête-à-tête con gli Stati Uniti, e anche l’Unione non gradisce l’idea che gli americani ristabiliscano l’influenza dominante che avevano prima della rivoluzione castrista.

Il desiderio degli europei e di Cuba di creare legami forti dipende dunque anche dall’avanza di Washington, testimoniata dal fatto che i viaggi tra le due sponde dello stretto della Florida sono sempre più frequenti, la diaspora cubana finanzia metà delle piccole imprese private e gli Stati Uniti sono in procinto di tornare a essere una presenza ingombrante e imprescindibile sull’isola.

(Traduzione di Andrea Sparacino)


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