Por Francisco Forteza
LA HABANA, 4 (ANSA) - Cocodrilos, camarones y langostas son "objetivos" de los pescadores furtivos en Cuba, delitos que los servicios de guardafronteras contribuyen a "combatir" en costas remotas de este archipiélago caribeño.
Las "ilegalidades costeras" llevaron a las autoridades cubanas a una "ofensiva" contra la pesca no autorizada, un delito muy frecuente en el país, junto a otras transgresiones como la construcción de viviendas que erosionan playas y que incluyen otras más complicadas, aunque de mucha menor intensidad, como el tráfico de drogas.
El tráfico se "alimenta" con la aparición en zonas costeras nacionales de paquetes que suelen lanzar por la borda traficantes en el mar Caribe, cuando temen ser descubiertos en viajes clandestinos hacia Estados Unidos.
Sobre la pesca ilegal, la prensa local informó esta semana operaciones que incautaron medios navales, principalmente embarcaciones rústicas, en las costas y aguas adyacentes de la provincia de Camagüey, en el este de Cuba.
También fueron detenidos cuatro hombres que tenían en el fondo de su bote un joven cocodrilo que trataban de asfixiar.
Los pescadores ilegales suelen poseer además de naves de pesca masiva embarcaciones rústicas y "medios terrestres" con neveras para el transporte de sus piezas.
Cuba tiene una longitud de costas de 3.209 kilómetros al norte y 2.537 al sur, y está formada por la mayor isla de las Antillas, la Isla de la Juventud, y otros 4.195 cayos, islotes e islas adyacentes, lo que empeora el problema.
Cifras divulgadas por el artículo del diario nacional Juventud Rebelde, que se limitan a las costas de Camagüey, en 2012, sostuvieron que fueron descubiertos en esas áreas 69 hechos ilegales de ese perfil. En 2013 fueron 180.
En esas áreas resultaron incautadas el año pasado dos embarcaciones particulares, 78 medios navales rústicos y otros cinco ilegales, de fabricación industrial, un medio náutico de playa y 18 motores estacionarios.
También 21 neveras, 1.419 kilogramos de camarón, 1.440 kilogramos de langosta y 360,9 de pescado.
Las autoridades consideraron alarmante que entre la mercancía descubierta estuvieran también 8 libras de carne de delfines, 107 kilogramos de ostiones, 1.598 pepinos de mar, y entre los equipos de pesca atarrayas, palangres y 324 metros de red para enmallar peces. Estudios nacionales, además, señalan que los mercaderes "furtivos" han logrado poner en peligro la existencia de grupos de manatíes, de carne muy cotizada, en mares poco profundos cercanos a las costas cubanas.
Se trata de un mamífero marino amenazado en el mundo por un proceso de extinción.
El comercio ilegal de pescados y "delicias del mar" en Cuba es, según la percepción popular, relativamente intenso e incluso puede ser peligroso para la salud.
Se estima que son frecuentes los casos de graves intoxicaciones de personas que consumieron pescado en mal estado, adquiridos en el llamado "mercado negro".
Los "pescadores furtivos", cuando son atrapados, suelen ser multados, además de la confiscación de los avíos de pesca y embarcaciones, aunque análisis en la prensa sugieren que las "sanciones" son aún débiles y poco efectivas.
(ANSA).