Por Francisco Forteza LA HABANA 12 (ANSA) - Un incendio forestal en el oriente de Cuba, que abarca unas 3.500 hectáreas y llevaba hoy cinco días, demuestra que estos fenómenos, causados con frecuencia por el hombre, a veces compiten en daños con hechos naturales como los huracanes.
Estudios cubanos se quejan de que muchos congresos y análisis se refieren a cómo enfrentar los ciclones tropicales, las intensas lluvias y otros fenómenos climáticos. Pero las políticas contra incendios forestales no atraen la suficiente atención.
Un fuego actual en Camagüey, provincia a unos 500 kilómetros de La Habana, es combatido hace unos cinco días por casi 150 hombres y otros medios. Tractores pesados construyen las llamadas "trochas cortafuegos", áreas libres de vegetación para que las llamas no se alimenten. Por el momento, el siniestro está lejos de zonas habitadas.
Pero el cuerpo de guardabosques y los bomberos advirtieron que las condiciones climáticas, muy secas, son favorables para que el incendio se propague, especialmente por la velocidad de los vientos. Las causas se desconocen. Los incendios forestales en Cuba no tienen comparación con los que en ciertas épocas golpean bosques de Estados Unidos, con casas devastadas y decenas de muertes cada año. Pero todo parece indicar que en este pequeño archipiélago esos incidentes están en aumento, desde enero de cada año a lo largo de cinco meses.
Si las lluvias no llegan en tiempo en mayo, el lapso peligroso puede extenderse al resto del año. A inicios de 2014, el ingeniero Raúl González, jefe del Departamento de Manejo del Fuego del cuerpo de guardabosques, dijo a la prensa local que desde hace varios lustros los fuegos forestales se incrementan.
Durante el período 2011-2015 habrá en total 2.100 de esas catástrofes en Cuba, pronosticó. Solo el año pasado los incendios en los bosques se acercaron a 350 con daños a 3.895 hectáreas.
Especialistas locales afirman que pese a que el llamado "cambio climático" suele asumir todas las "culpas" de los infortunios como huracanes y sequías, especialmente en la región del Caribe, las "negligencias" son más de temer. De acuerdo con estudios nacionales, el 90% de los fuegos de ese perfil se deben precisamente a las personas y a hábitos peligrosos.
Las "chispas" son en estos últimos casos las quemas incontroladas para diferentes fines agrícolas; el tránsito de vehículos dentro de los bosques sin "matachispas", ya sean tractores o camiones y el uso del fuego por parte de pescadores y cazadores furtivos.
Habitualmente, la prensa local no informa sobre sanciones o multas aplicadas a los "incendiarios", quizá porque estos sean de muy difícil localización. Los científicos y expertos no excluyen, claro, las vicisitudes del cambio climático, más si se tiene en cuenta que las temperaturas están en efecto aumentando y con ellas las sequías, la aridez, la frecuencia e intensidad de los ciclones tropicales y las tormentas con sus poderosas descargas eléctricas.
Los incendios forestales en el mundo no son de descartar tampoco en lo que "aportan" a los cambios del clima porque liberan gases de efecto invernadero. Por tanto, se reducen los incendios, se liberan menos gases de ese tipo y se mantiene la capacidad de las zonas boscosas de liberar la atmósfera de CO2. BY2-GMA/ACZ
12/03/2014 17:51